jueves, 28 de agosto de 2008

mal de ojo


El ojo humano tiene la capacidad de transmitir tanto la energía positiva como la negativa. Cuando alguien nos mira con envidia, ocurre una contracción a nivel espiritual: se contrae la capa protectora que tenemos que se llama piedad retrayéndose de repente y dejando un vacío tras ella.

La envidia es predominante en el mundo de hoy.

La exigencia de ser el mejor, el más exitoso, el más rico, etc. crea en esa atmósfera un circulo vicioso. Los que te rodean por lo general no se alegran de tu éxito y es probable que vos, a su vez, no estés contento con el éxito de los otros.

El término mal de ojo, se refiere a los vistazos negativos y a las miradas resentidas que recibimos de la gente. Éstas dan cabida a sentimientos destructivos sobre nosotros.

La Kabbalah atribuye al mal de ojo muchísimas de las desgracias cotidianas. Afirma que el daño tiene la misma intensidad, tanto para el que lo lanza como para el que lo recibe.

Para protegernos, la Kabbalah nos enseña que cuando tengamos que estar en lugares o exponernos a personas que nos pueden afectar, tenemos la posibilidad de protegernos pensando y afirmando profundamente: "yo no ojeo a nadie y nadie me ojea a mi".

La primera parte de esta frase tiene poder en sí misma (no querer hacer daño a otros genera una enorme protección sobre uno).

La segunda parte de esta frase: nadie me ojea a mí, acompañada de la tecnología kabbalística de las letras arameas alef, lamed, dalet (ver en el recuadro y leer de derecha a izquierda, como se lee en el idioma hebreo).

Kabbalah nos enseña que al mirarlas y al meditar sobre ellas, se abre un canal de energía generando un escudo o campo positivo.

Este escudo nos envuelve ofreciendo protección de los vistazos negativos, miradas de envidia y malas intenciones de otros.

Entonces si miramos las letras arameas que están en el recuadro de derecha a izquierda, y lo hacemos con la conciencia que acabamos de mencionar, podremos obtener esta necesaria protección.


Es muy simple y a la vez muy poderosa.

La otra gran herramienta kabbalística contra el mal de ojo, es el hilo rojo. Este hilo no es cualquier cintita de dicho color. Este hilo protector esta hecho de una lana especialmente realizada por maestros kabalistas. Este se coloca en la muñeca izquierda y mientras se enlazan los nudos se recita una oración que se llama ana be coaj.

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